El presente posteo, corresponde a un breve trabajo de investigación bibliográfica, en el que se reunieron datos dispersos, acerca del proceso y corporeidad de la educación formal en el Paraguay, teniendo como nodos educativos, las diversas reformas aplicadas en el devenir sociohistórico del país, desde su independencia nacional acaecida en 1.811 y hasta la fecha.
El mismo, corresponde a un trabajo práctico aplicado a la maestría en ciencias de la educación de la que la coautora y quien suscribe, participamos en calidad de maestrandos.
El propósito de compartir esta información, lejos de la perfección del trabajo, es contribuir con la comunidad nacional e internacional, brindando informaciones de fuentes bibliográficas de autoría de reconocidas mentes, de dilatada e indudable trayectoria intelectual, vinculadas a las ciencias de la educación, la investigación y las ciencias sociales en Paraguay, y cuyas fuentes se consignan al pie de la presente publicación. Además, estaremos abiertos a sus amables sugerencias y críticas.
PROCESO DIACRÓNICO DE LAS REFORMAS EDUCATIVAS
EN LA EDUCACIÓN PARAGUAYA
Por: Miryan Beatríz
Colmán Cañete[1]
y Oscar Julián Galeano Olivera[2]
A modo de proemio.
En el contexto de la historia la
civilización se han manifestado diversas corrientes, frutos de movimientos
innovadores, en búsqueda de respuestas a la inconformidad de continuar con
patrones culturales tradicionales. Es incuestionable que la sociedad crea el
ambiente, otorga los medios, determina los objetivos y orienta el proceso
educacional, pero éste a su vez confirma las estructuras sociales o las
críticas, de tal manera que introduce en ellas un cambio más o menos rápido
entre sociedad y educación e interferencia de doble vía un camino de ida y
vuelta una interacción que es retroalimentación.
Para conocer y comprender el
alcance de la educación de hoy, el resultado de esos principios que fueron
gestándose a través del devenir del tiempo, se hace imprescindible a través de
este breve estudio de investigación, el análisis de la evolución de la
educación paraguaya como hecho y como teoría, a partir de la diacronía o
estudio del tiempo en que se gestó la educación en el Paraguay, como nación,
más allá de su independencia política.
El objetivo de este trabajo es
generar un espacio de reflexión para destacar esos hechos educativos nacionales
y los esfuerzos valiosos realizados por las autoridades competentes, ilustres
maestros y entidades públicas como privadas, para establecer sistemas y
subsistemas que se ajustarán a las necesidades formativas de una sociedad y una
cultura en proceso de consolidación a través de la historia.
El presente trabajo introdujo
los primeros apuntes relacionados con la educación en el Paraguay a partir de
la época colonial pasando por sus diversos capítulos siguientes, tales como la
época de la independencia, la época de los gobernantes Francia y López, la
posguerra del ’70, los albores del siglo XX, así como los hechos históricos
relacionados con la guerra grande y la guerra del Chaco, como la época de las
dictaduras, hasta llegar a la actual primavera democrática.
1- Época colonial
Las primeras escuelas en el
Paraguay fueron las Casas de doctrina[3]
fundadas hacia el año 1542 y 1543 por los padres y frailes, quienes adoctrinaban
a los nativos e hijos de españoles, así como a los descendientes del cruce
hispano-guaraní. En las actas capitulares de 1596, quedó registrado el nombre
del maestro Lázaro López, a quien el Cabildo le asignó como local escolar “una
casa contigua” a la entonces Iglesia mayor, donde acudían los niños para
aprender a leer, escribir y contar[4].
En la época de Hernandarias, se
proveyó de escuelas elementales a los niños de la colonia donde se les enseñaba
gramática arte y teología. Además, se gestionó la apertura de una universidad,
idea abandonada ante la respuesta de la corona que planteaba que podría crearse
la misma, si el costo quedaba a cargo de la provincia, cosa impensable entonces[5].
Durante la gestión del
gobernador Lázaro de Rivera, se destacó un intento de reformar la educación,
planteada al Cabildo en 1796, cuyo plan audaz, consistía en la creación de un
seminario o de escuelas de primeras letras, donde se formarían a niños de entre
6 y 8 años de edad de cada pueblo, quienes, terminado sus estudios volverían a
sus pueblos a ejercer la docencia, pero este plan que fue bien visto por el
Cabildo, no tuvo la aprobación del Rey.
A todo esto, la labor educativa
de los misioneros de la colonia, protagonizada por franciscanos, mercedarios,
dominicos y jesuitas, dieron el vigor desde el adoctrinamiento cristiano para
la formación elemental de los niños hijos de caciques y aquellos que se
destacaban por sus habilidades innatas, quienes aprendían así a leer escribir y
contar teniendo las reducciones de los jesuitas, una escuela y sus maestros que
daban clases utilizando la lengua vernácula: el idioma guaraní. Además, fueron
editadas por la imprenta misionera, sendos libros, a instancias de autores
nativos o de autores famosos, traducidos de otro idioma al guaraní incluso
2- Paraguay
independiente, de 1811-1870
El bando del 6 de enero de 1812,
posterior a la revolución libertaria de mayo de 1811, había señalado la
necesidad de instalar “la mejora de la
educación de la juventud como base… para el manantial de virtudes morales…”[6],
y el 7 de febrero de 1812 fueron aprobadas las instrucciones para maestros de
escuela que constaban de 73 artículos y 2 tomos impresos con las reglas para
leer y escribir, donde se declaraba la educación obligatoria y los principios
de la pedagogía moderna.
El gobierno había adquirido en
Buenos Aires libros de escritores y pedagogos muy renombrados de esa época como
Rousseau, Montaigne, De la Brùyere, Locke y otros, para la lectura de los
maestros.
Durante la gestión del doctor
Rodríguez de Francia, en el campo de la educación, han sido cuanto menos, muy
controvertidas como conservadoras, debido a que se carecía de materiales
didácticos necesarios e infraestructura para cumplir con su finalidad. De las
numerosas escuelas que hubo en la capital, sólo quedaron dos: la nacional,
regentada por José Gabriel Téllez, y la particular o privada, dirigida por el
argentino Juan Pedro Escalada[7].
El gobierno pagaba a 140 maestros en el interior del país, teniéndose noticias
de la creación de una biblioteca pública formada por libros adquiridos por el
gobierno o conformados mediante confiscaciones a bienes de extranjeros. La
instrucción era obligatoria y gratuita, y casi todos los habitantes sabían leer
y escribir, según referencias de la época.
Un atraso del dictador Francia,
en materia de educación, fue la clausura del Colegio seminario de San Carlos y
las de los conventos, pues con ésta decisión, se cerró la posibilidad de una
educación superior para los jóvenes de la época. La política educativa del dictador
fue muy limitada.
El gobierno consular, integrado
por Carlos Antonio López y Mariano Roque Alonso, creó en 1842, la Academia Literaria,
como base para un futuro colegio, y por Ordenanza de 1843, exhortaron a los
padres de familia, al cumplimiento de su obligación en enviar a sus hijos a la
enseñanza gratuita
El gobierno constitucional de Don
Carlos Antonio López (1844- 1862), quien asumió la presidencia en 1844,
presentó en la Constitución promulgada en ese mismo año, las obligaciones del
gobierno en materia de educación, tales como la creación de establecimientos de
educación primaria y de ciencias, la preparación de planes generales de
educación pública, entre otros. Según Manuel Domínguez, existían 408 escuelas
con casi 17.000 alumnos[8].
En 1844, autorizó al gobierno a sufragar
gastos para la contratación de profesores y de otros profesionales extranjeros
encargados de la enseñanza. Fue editado el primer libro paraguayo de la época
independiente, titulado “El Paraguay lo que fue, lo que es y lo que será”,
escrito por el abogado Juan Andrés Gelly, un joven brillante de la época.
En 1858, fueron enviados a
Europa por el gobierno nacional, unos 13 jóvenes, con el fin de prepararse en
distintas profesiones: cinco de ellos siguieron la carrera diplomática y los 8
restantes, ingeniería, mecánica, veterinaria y agronomía. Se editaron entre
otros impresos los periódicos “El paraguayo independiente”, “El semanario”, “La
aurora”, “La época”, además de libros. Se crearon instituciones de enseñanza
media, de artes y oficios, y del nivel terciario, dirigidas casi todas ellas
por profesionales extranjeros, ante el grave problema de la falta de docentes y
técnicos paraguayos capacitados.
Es decir, con estas acciones
durante esta época, se puede decir que la educación recibió un gran impulso,
que se dio mucha importancia a la expansión de la enseñanza elemental, aunque sin
lograr quizás aplicar innovaciones educacionales.
3- La educación, la
guerra grande y la posguerra del 70
La educación nacional en la posguerra
se convirtió en un fenómeno que no se da aislado sino en conexión con unos
horizontes culturales, sociales, económicos, políticos y filosóficos, marcados
por la realidad del país que había quedado retrasado con respecto a los demás
pueblos de la región. Se refleja el desastre y el aniquilamiento del país según
manifestaciones del gran maestro Atanasio Riera en su memoria sobre la
educación, que data del año 1890. Decía el maestro “son fetos de enseñanza”[9].
En agosto de 1872, se autorizó
al poder ejecutivo, a contratar en el extranjero profesores de instrucción
primaria y de educación superior de reconocida moralidad y de inteligencia
reconocida, a fin de mejorar el sistema de instrucción pública de la república.
Y en 1872, se contempló por primera vez en el presupuesto para el año siguiente,
la inclusión de 85 preceptores de escuela para el campo o docentes rurales.
En enero de 1877, se funda en
forma definitiva, el Colegio Nacional de varones o Colegio Nacional de la
capital, primer centro de civismo nacional y cuna de figuras prominentes de la
Patria. Con fecha 24 de octubre de 1887 se promulga la ley que crea el Consejo Superior de Educación y la Superintendencia (gérmenes históricos del
actual MEC); el primero, tenía a su cargo la parte administrativa de la
educación e investido de mayor autoridad que la Superintendencia, la que tenía
entre sus atribuciones, la dirección del funcionamiento de las actividades
docentes, o sea, todo lo concerniente a la técnica educativa[10].
PRIMERA REFORMA DE LA
EDUCACIÓN: REFORMA DE LA LEY DE EDUCACIÓN COMÚN, 1890
Después de hacer una revisión
crítica sobre la situación educativa, el maestro Atanasio Riera presentó un
proyecto de reforma de la Ley de
Educación común. Haciendo un análisis de las leyes posteriores, la misma ha
servido de fuente a casi todas ellas, con ligeras modificaciones.
Se evidenció en el Informe, la
situación angustiante en que se encontraba el preceptor o docente en el
interior del país; el mismo, era tan bajo, como el nivel de enseñanza y el
analfabetismo y el semianalfabetismo, que ya era intolerable.
Un hecho educativo de importancia
durante el gobierno del general Patricio Escobar, fue la fundación de la
Universidad Nacional, por ley del 24 de septiembre de 1889, creándose sus dos primeras
carreras y facultades: la de derecho y la de medicina.
La presidencia del general Juan Egusquiza,
fue testigo de la generación intelectual de 900 que tuvo dos entidades
culturales muy importantes: el Ateneo paraguayo, fundado en 1883, y el
Instituto paraguayo, fundado en 1896, de las que han emergido ilustres nombres
como los de Cecilio Báez, Manuel Gondra, Blas Garay, Juan E. O’leary, Juan
Silvano Godoy, Fulgencio R. Moreno, Manuel Domínguez, entre otros.
Un factor de importancia en la
reforma de 1890, ha sido la creación de la Escuela Normal de maestros a cargo
del Consejo superior de educación en 1898: las dos escuelas normales lanzaron
al campo profesional sus primeros egresados, tanto la Escuela normal de niñas
como la de varones, teniendo entre sus primeros egresados al profesor a Ramón Indalecio
Cardozo, figura prominente de la educación paraguaya.
El plan de estudios adoptado fue
el mismo recomendado tanto por Juan Amos Comenio (1592- 1670), como por John Locke
(1632- 1704), por lo que en aquel entonces, se hallaba desfasada.
No existía el método cíclico con
la graduación racional de los conocimientos que debe adquirir el niño según sus
características individuales y de madurez, pues aún se lo desconocía; no
existían programas uniformes y fueron paulatinamente establecidas las escuelas
nacionales obligatorias, sin lograr aún la gratuidad; el nivel de preparación
de los preceptores o docentes era muy bajo y exigía una pronta solución; además,
los locales escolares no reunían las mínimas condiciones pedagógicas higiénicas[11].
El Consejo de Educación
introdujo el laicismo, suprimiendo la enseñanza de la religión a través de una
ley de 21 artículos, firmada por Benjamín Aceval, llevada a cabo desde el año
1902, hecho muy importante para la educación paraguaya por la serie de reformas
que se han realizado tales como la implementación de nuevos planes de estudio
en la primaria y educación normal la elaboración y aprobación de
reglamentaciones.
Dicha reforma se basa en las
ideas iluministas de Juan Jacobo Rousseau y Spencer, dando cabida a las
siguientes características:
a) La educación que se pretende a través del
nuevo clan es cíclica buscando que todas las materias necesarias se empiezan a
dar en el primer grado y termina en el último;
b) La educación que se persigue a través del
nuevo plan integral, procurándose el desarrollo del niño por medio de
ejercicios espontáneos para el cuerpo y la mente;
c) El nuevo plan reflejaba un concepto de educación,
buscando preparar al hombre para bastarse a sí mismo, dando preferencia a
conocimientos útiles y de aplicación inmediata;
d) Otro carácter es la nacionalización de la
enseñanza dando a conocer la realidad nacional antes que la de las demás
naciones;
e) El plan exigía para la enseñanza que se
aplique el método analítico, como el más apropiado para dar una educación capaz
de decidir la conducta del individuo[12].
LA SEGUNDA REFORMA: 1915
La misma se planificó desde
1910, pero se la realizó a partir de 1915. El proyecto fue elaborado por el
profesor Manuel Riquelme, director de las Escuelas de la época, cuyo plan fue
modificado luego por la Reforma de 1922.
Básicamente, la Reforma de 1915
dio más importancia a las asignaturas basadas en la enseñanza del trabajo
manual, conceptos de los colores, de las cosas, de los aspectos, tal como la
escuela pestalozziana, sin lograr tener aún la fuerza que tendría
posteriormente.
Entre los logros de esta
Reforma, está la de la cantidad de instituciones nuevas, elevándose la categoría
de las escuelas públicas, habiendo una mejor preparación de maestros egresados,
ya egresados de escuelas normales paraguayas y la contratación de profesores
extranjeros o de paraguayos formados en el extranjero habilitados para la
educación.
La coyuntura política volátil de
la época, no acompañó a esta Reforma, que sufrió cambios y no tuvo
sostenibilidad ni acompañamiento de los gobiernos de turno.
LA REFORMA DE 1922
La historia de la educación
paraguaya a partir de 1922 y hasta 1957, inicia una de las mejores páginas
escritas en los anales de la alta educación paraguaya, pues vivió la mejor
época y el aporte gran pedagogo paraguayo, Profesor Ramón Indalecio Cardozo[13].
A través de la Reforma de 1922
en adelante, se logran los siguientes puntos:
1°- La estructuración orgánica de la educación;
2°- La orientación nacional;
3°- La valorización de las actividades educativas;
4°- La extensión del ciclo educativo;
5°- La formación del profesorado;
6°- La difusión de la Escuela activa[14]
El profesor Ramón Cardozo
presentó los siguientes proyectos al Consejo de educación, para la
implementación reformativa: Proyecto de una nueva organización de escuelas
públicas; Proyecto del nuevo plan de estudios para escuelas urbanas y para escuelas
rurales; Proyecto de modificación del plan de estudios para escuelas normales, otro
para las elementales y otro para las superiores, como también otro para la
Escuela Normal de profesores; Proyecto de modificación de la edad escolar; Proyecto
de modificación de la forma de ingreso de los niños en los Colegios secundarios
y normales, y, un Proyecto de numeración de las escuelas públicas.
Todo ello se refrendó en una ley,
la número 689, la que aprobaba los programas de estudios además de las
solicitudes relacionadas con los otros proyectos.
Las principales características
de la reforma educativa cardociana de 1922, son las siguientes:
Primera: era nacionalista,
Segunda: era laica,
Tercera: era pragmática; y,
Cuarta: era integral.
El profesor Cardozo buscó una
nueva organización escolar, cambiando las entonces escuelas graduadas,
elementales y rurales, por otra nueva clasificación: las escuelas inferiores,
medias y superiores.
El sistema de evaluación se
basaba en los términos medios anuales promediando el rendimiento durante los 9
meses del año, evitando los injustos exámenes públicos orales y finales,
plagados de vicios y a la vez intrascendentes para el alumno.
Durante la vigencia la reforma
de 1922 se logró triplicar la cantidad de alumnos inscriptos llegando a casi 80.000
estudiantes y 1.800 maestros.
Otro logro importante, había
sido un nuevo enfoque y el cuidado en la educación dada a través de la Escuela
Normal de profesores.
Tras la guerra del Chaco, la
educación paraguaya interrumpió la vigencia de la Escuela activa preconizada
por Cardozo, presentándose una nueva visión intelectualista, que buscaba dejar
de lado la enseñanza elemental magisterial que paulatinamente abandonaba los
principios de la práctica desde los talleres y granjas, que constituían la
característica de la Escuela activa.
LA REFORMA DE 1957
A instancias del Ministerio de
Educación y Culto y con la asesoría de la UNESCO, se llevó a cabo la Reforma de
1957. La reforma de la educación primaria ya había iniciado desde 1949 y 1950,
y la de la educación secundaria desde 1957; la de la Escuela Normal para
profesores inició en 1958, estas dos últimas ya bajo la presidencia del
dictador Stroessner.
En aquel entonces había unos 245.000
alumnos y casi 8.300 maestros en aulas.
Básicamente la reforma de 1957
en adelante llevó a cabo una serie de cambios en torno a una mejor
planificación a través de los planes de estudio, los contenidos, la búsqueda del
rendimiento de los programas de formación docente, la racionalización en el uso
de recursos disponibles, la renovación del currículum de formación de
educadores para el nivel primario, la creación de institutos superiores, así
como el sistema de trabajo y remuneración por tiempo completo.
LA REFORMA DE 1973, “INNOVACIONES
EDUCACIONALES”
Consiste en una serie de
estrategias llevadas a cabo a partir de recomendaciones formuladas tanto por el
Ministerio de Educación y Culto, como por un equipo técnico y de comisiones y
seminarios, que buscaban la renovación educacional en base a las experiencias y
logros alcanzados.
Se planteó una preprimaria no
obligatoria con edad de ingreso de 5 a 6 años; la educación Primaria con 6
grados, obligatoria y gratuita, para niños de 7 a 12 o 14 años, y la educación
media con dos etapas definidas: una etapa básica del nivel medio con 3 años de
duración (1° al 3° cursos) y el bachillerato diversificado, con 3 años de
duración (4° al 6° cursos), teniendo las modalidades humanístico-científica y
técnica.
Posteriormente tras su
implementación hacia mediados de los ’80, comprendió la implementación del Nuevo
currículum para ciclo básico y bachillerato, dejándose de lado paulatinamente
el Plan 57 (conocida también como Plan Dalton).
LA REFORMA EDUCATIVA DE 1993,
VIGENTE
Tras el derrocamiento del
dictador Alfredo Stroessner, ocurrido en febrero de 1989 y los nuevos vientos
de la primavera democrática, el entonces ministro de educación, Profesor Doctor
Dionisio González Torres había viajado para participar en representación de
Paraguay, a la ciudad de Jomtirm, Bangkok (Asia insular), para la firma del Tratado
“Educación para todos”, que constituye la base de las reformas educacionales de
la región y el continente, así como el documento plasmado en su espíritu en la
Constitución Nacional de 1992 (parte de educación), y en el documento de los
lineamientos curriculares de la reforma educativa en el aula[15]
del año 1993.
La actual reforma educativa se
implementa desde el año 1994, alcanzando a todos los niveles y grados de la
educación inicial, la escolar básica y el
nivel medio.
Comprende una educación inicial
que abarca desde los 0 a 5 años de edad del niño, comprendiendo a su vez: la
educación maternal, pre jardín, jardín y preescolar. Asimismo, la educación
escolar básica comprende 9 grados distribuidos en tres ciclos: en el primer
ciclo, tres grados (1° al 3° grados); en el segundo ciclo, tres grados (4° al
6° grados), y en el tercer ciclo, ya con profesores especialistas, también con
tres grados (7° al 9° grados). Para el primero y segundo ciclos, los docentes
asignados son generalistas.
La universalización de la
educación gratuita pública y obligatoria, inicialmente solamente para la
educación escolar básica (1° al 9° grados), alcanzó por ley al preescolar
(nivel inicial) y al nivel medio o bachillerato, organizado en las modalidades
bachillerato científico y técnico.
Actualmente, gracias a la
vigencia del MERCOSUR, el CONES y la ANEAES, también se busca a través del Tratado
de Asunción de 1991 y la vigencia de la ley 4995 de Educación superior, la
reforma paulatina, histórica e inicial de la educación superior en las
universidades e institutos de educación superior públicos y privados.
La matrícula actual de alumnos de
los distintos niveles alcanza poco más de 1.500.000 alumnos matriculados, principalmente
en Educación inicial y educación escolar básica, como el nivel medio, y unos
80.000 docentes asignados a instituciones públicas de gestión oficial.
La actual reforma educativa
vigente ha tenido sus traspiés principalmente debido a una mala gestión en la
política de apoyo al acceso universal a la educación inicial y escolar básica y
cuestiones relacionadas con infraestructura edilicia, formación docente,
dotación de útiles escolares en calidad, tiempo y forma, y la búsqueda de la
calidad en la formación de los estudiantes. Actualmente, al decir de los medios
y del MEC, se halla en revisión, teniendo posibilidades de ser actualizada en
sus postulados.
QUÉ NOS ESPERA
El actual ministro de Educación
y Ciencias, Dr. Aguilera, ha propuesto a la sociedad paraguaya una revisión
profunda de la educación nacional, teniendo en cuenta la experiencia, los
alcances, fracasos y logros de la actual reforma educativa, proponiendo a sus
diferentes actores de la sociedad una serie de peticiones relacionadas con
propuestas que estos agentes podrían realizar para enriquecer el diálogo hacia
una nueva propuesta de Educación nacional.
CONCLUSIONES
La política educativa nacional
del Paraguay debe comprender una serie de planificaciones estratégicas de
mediano y largo plazo que comprometan a los gobiernos actual y siguientes,
hacia el logro de una gestión sostenible y responsable, que apunte hacia la
calidad en la formación educativa de los educandos y de los formandos docentes,
teniendo en cuenta la realidad nacional, regional y mundial que abrigan
conceptos modernos relacionados con la tecnología, la búsqueda de
conocimientos, el manejo del conocimiento, el acceso a la información, la
búsqueda y vigencia de los derechos humanos, y el logro de la formación
integral de las personas teniendo en cuenta el medio ambiente y la búsqueda de
la vigencia de los valores en la formación integral y los derechos humanos.
Se ha realizado el intento de
visualizar por medio de este trabajo, lo que se ha realizado en el devenir del
tiempo, lo que la patria ha tenido en diferentes situaciones y épocas
históricas, luchando contra la realidad indolente, la ignorancia, la pobreza,
las coyunturas de dos guerras, la mediterraneidad geográfica y cultural, y la
valentía de la población paraguaya.
Abrigamos la esperanza del
cambio a través de la actual y las siguientes generaciones de ciudadanos, hacia
el logro de una Nación próspera y feliz, que tenga a sus maestros como agentes
multiplicadores de los mejores logros para el Paraguay.
21 de abril de 2018
Miryan Beatríz Colmán Cañete Oscar
Julián Galeano Olivera
***
[1] Miryan Beatríz Colmán Cañete. Es docente especialista en ejercicio, en
la educación escolar básica y nivel medio en Instituciones públicas de gestión oficial,
en el área de Lengua y literatura bilingüe castellana y guarani. Es egresada de
la Universidad Nacional de Asunción, por la Facultad de filosofía, I.S.L., como
licenciada en lengua guarani y la Facultad de Derecho, como escribana. Docente
a medio tiempo en la UNIGRAN. Miembro titular de diversos Comités de evaluación
de carreras de UNIGRAN para acreditación ante la ANEAES.
[2] Oscar Julián Galeano Olivera. Igualmente, docente especialista en
ejercicio en la E.E.B y Nivel medio en Instituciones públicas de gestión
oficial, en el área de Lengua y literatura. Abogado y Escribano por la Facultad
de Derecho U.N.A y licenciado en lengua guarani por el I.S.L. de la Facultad de
Filosofía, misma Alta Casa. Especialista en Educación Inclusiva por MEC-OEI-UNIBE. Ex decano de la Facultad de Ciencias sociales, jurídicas
y humanidades de la UNIGRAN. Actualmente, docente de tiempo completo, en la
misma Casa superior de estudios. Presidente del actual Comité para la autoevaluación de la carrera de Derecho de la UNIGRAN, para la acreditación de la carrera ante la ANEAES.
[4] Meliá, B. y S. Cáceres (2011). Historia
cultural del Paraguay. Asunción: El lector. Colección La gran historia del
Paraguay. Vol XVI.
[5] Quintana de Horak, Carmen (1995). La
educación escolar en el Paraguay. Apuntes para una historia. Asunción:
CEPAG- Sumando- En alianza. Serie Educación. P. 11 y ss.
[7] Benítez, Justo Pastor (2003). La
vida solitaria del dictador José Gaspar Rodríguez de Francia. Asunción:
Schaumann, Carlos. 213p.
[8] Domínguez, Manuel (2011). Estudios
históricos y literarios. Asunción: El lector. Colección La gran historia
del Paraguay, de ABC color.
[12] La reforma de 1902 resultó ser promisoria, y es avanzada para el país,
teniendo en cuenta la posguerra.
[13] Se sugiere la lectura íntegra de la biografía del gran pedagogo
paraguayo, en: Cristaldo Domínguez, César (2013). Ramón I. Cardozo. Asunción: El lector. Colección Abc color “Gente
que hizo historia”, t. II. 106 p.
[14] Cardozo, Ramón I. (1938). La
pedagogía de la escuela activa. Asunción: En alianza, t. I (ed. 2007).
203p.
Cardozo, Ramón
I. (1938). La teoría de la escuela
activa. Asunción: En alianza, t. II (ed. 2007). 201p.
Cardozo, Ramón
I. (1938). La práctica de la escuela
activa. Asunción: En alianza, t. III (ed. 2008). 183p.